"En negocios, solo hay un Jefe, el cliente, y el puede cancelar a todos, desde el dueño del negocio para abajo, con tan solo gastar su dinero en otra parte."
Sam Walton
Hace varias semanas se me dañó el Televisor, un LG que compre en el año 2000. (Si, es viejísimo, pero en 9 años, es solo la segunda vez que se daña) Lo llevé, casi sin pensarlo, al centro de reparaciones de Molina. Mi TV duró unos 8 días, en ese lugar sin que nadie se dignara en llamarme, así que decidí llamar a preguntar en que estaba mi expediente, el joven que respondió me dijo que el técnico estaba en su hora de almuerzo y a mi que llamara mas tarde, eso no me agradó, por que hasta donde YO tengo entendido, el cliente soy yo, EL debe llamarme a mi y así se lo manifesté al carajo del teléfono, el asintió y NO me llamaron.
Al otro día, me recomendaron en casa llevar la TV a otro sitio, así que fue a Molina, a buscar mi TV, ahí me informan que al televisor se le quemó una pieza que vale RD$ 2, 000 y que no aparece por ser tan viejo el aparato, les explique que me llevaría el televisor, así que me tumbaron los RD$300 pesos del chequeo y fui con mi "muerto" a otro negocio. Dejé el televisor en este negocio el viernes en la tarde, el sábado en la mañana me llamaron para informarme que estaba listo, no solo eso, sino que la factura total era de RD$1,200.
Miren la importancia del servicio, este negocio donde llevé el televisor es pequeño y no esta en Naco, pero me brindaron un mucho mejor servicio a mejor precio, así que aquí les va una leve payolita, que se la merecen, el negocio se llama N.GONZALEZ y están ubicados en la Ave. Lope de Vega #83, Ensanche La Fe, entre San Martin y Euclides Morrillo, en Santo Domingo, el teléfono es 809-683-1011, arreglan equipos de música, TVs, VHS (si VHS, aun quedan), CD players, microondas y demás.
Va sin decirse que no vuelvo a Molina para nada y que para mi y los mios solo hay un lugar donde llevar electrodomesticos dañados.
En un país de LADRONES como este, es imprescindible saber cuales son los dos o tres serios para aprovecharlos mientras queden, en Molina no solo se olvidaron de mi reliquia, sino que también me querían tumbar mis chelitos.
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