sábado, 11 de junio de 2016

Pobreza =Delincuencia?



Estuve hablando con unos compañeros de trabajo sobre las causas reales de la delincuencia en la República Dominicana e irremediablemente tuvimos que tocar el tema de la pobreza, injusticia social, alto costo de la vida y falta de oportunidades para los más marginados.

Sin embargo, el problema de la delincuencia es multi factorial, la pobreza solo es uno de muchos componentes de la delincuencia como tal. Entre los componentes podríamos citar la corrupción que permea  la Policía Nacional, Ministerio Público, Poder Judicial y Sistema Penitenciario, pero este tema lo tocaré a fondo en otro post.

Volvamos al tema de la pobreza. Es “lógico “pensar que una persona que ha sufrido y sufre de privaciones económicas y sociales sería más propensa a violar las leyes, después de todo no tuvo ni tiene acceso a la mejor educación ni el mejor ambiente para desarrollarse intelectualmente y es carente, necesita dinero para subsistir y no lo tiene, esto hace sentido, pero si es así entonces los ricos, deberían ser menos proclives a violar las leyes, por exactamente lo opuesto  verdad?  La respuesta es “no”, el “acomodado” quizás no saldrá a arrebatarle el  celular a alguien en la calle porque seguramente el mismo será de menor calidad que los dos que ya tiene en su haber, y no necesita los 5 mil pesos que le darán por el aparato, por eso no lo hace, el  riesgo es innecesario y el retorno no está ahí. Pero no piensen por un instante que el afluente viola menos la ley que el pobre.


Cito ejemplos: Cuando un campesino semi analfabeto que no llegó al 8vo curso del liceo y que hoy es chofer de carro público, vive en un barrio caliente, donde escasea  la luz, el agua, la seguridad, drenaje pluvial, etc. que es pobre por todas las definiciones de la palabra, se mete en vía contraria para desechar un tapón y al llegar a la intersección la cruza con el semáforo en rojo a alta velocidad. Uno diría como dijo Jesús en la cruz “Dios, perdónalo que no sabe lo que hace” realmente es un ser profundamente ignorante, no sabe el daño que puede ocasionarle a los demás ni a el mismo. No conoce a fondo la ley de tránsito, no sabe manejar, etc.  Por esto viola la ley y aunque todo esto sería cierto, no es la razón por la cual lo hace.

Que tal si les digo que dentro de Casa de Campo  (resort más exclusivo del Caribe) en un tapón para llegar al anfiteatro a ver un concierto de Marc Anthony, cuya boleta más “económica” costaba más de 5 mil pesos, vi Land Rovers, Cayennes, Mercedes Benz y demás vehículos de lujo,  transitar en vía contraria a altas velocidades  y al verse de frente con vehículos que venían en su carril, atravesarse de forma temeraria para quitarle el puesto a los que estaban esperando pacientemente en su tapón.

Esta es gente que fue a colegios y universidades privadas, muchos han estudiado fuera del país y hablan varios idiomas, conocen las leyes de tránsitos locales y de otros países, viven en sectores privilegiados de la ciudad, sin embargo, violan las leyes igual que el chofer de concho.

El problema no es el nivel social, el problema es el dominicano como tal. Es algo cultural. Por eso lo vemos todos los niveles: El empresario común explota a su empleado con su bajo sueldo,  le roba al estado evadiendo impuestos y engaña al cliente con el precio de sus servicios. El empleado en cambio le roba al patrono, ofreciéndole al cliente el mismo servicio por la izquierda a mejor precio, usando los insumos de la empresa para asuntos personales y demás. El Estado roba al empresario exigiéndole que pague impuestos de forma anticipada y el cliente busca sobornar al empelado para conseguir el servicio al menor precio. El ciudadano común soborna policías, le paga a buscones y le roba la electricidad a la empresa distribuidora del servicio. Es algo generalizado.

Vivimos en una cultura del robo. Por eso me sorprende cuando los dominicanos le exigen a sus políticos que sean honestos, y cómo? Si los políticos son dominicanos igual todos ellos.

La única forma que veo de cambiar esta cultura es haciendo y ejecutando un plan de unos 20 años de reeducación del dominicano, es promover desde el gobierno, con apoyo del sector privado, una reforma educacional que empiece en el preescolar y cada año que pasa ir subiendo un curso.  Este plan debe tener una contrapartida que es la de efectivamente sancionar a las personas que violan las leyes, las que NO forman parte de esta nueva generación de dominicanos reformados que violan las normas deben ser castigados según la ley.

Así con un empeño constante y permanente, que dure los 20 años, efectivamente lograremos (en teoría) formar una nueva generación de dominicanos que no violen la leyes, los no reformados se ajustarán (por miedo a ser castigados) a las normas y eventualmente morirán y solo irán quedando los reformados y las generaciones que les siguen (reformados y con padres reformados).


Es una quimera, lo sé  pero entiendo que si se aspira a esto y se consigue el 40%, experimentaremos un cambio colosal.